AHÍ ESTAREMOS PRESENTES!!!!!!!!!!!!!
AHÍ ESTAREMOS PRESENTES!!!!!!!!!!!!!
<< […] En todas las vidas hay un momento que parece
definitivo. Es el día en que una cree que ha empezado a recorrer un camino
monótono, sin altibajos, sin recodos, sin paisajes nuevos.
Una
cree que, desde ese momento en adelante, ha de hacer ya siempre las mismas
cosas, ha de cumplir las mismas actividades cotidianas y que el rumbo del
camino está, en cierto modo, tomado definitivamente. Eso, más o menos, me sucedió en aquel
momento. Me había resignado a vivir una
vida común, que me parecía estéril pero que consideraba inevitable. Y no veía ninguna esperanza en salir de
ella. Por otra parte, aquella vida mía,
agitada dentro de su monotonía, no me daba tiempo para nada. Pero, en el fondo de mi alma, no podía
resignarme a que aquello fuese definitivo. […]
Por
fin llegó "mi día maravilloso".
Para mí, fue el día en que mi vida coincidió
con la vida de Perón. El encuentro ha dejado en mi corazón una estampa indeleble;
y no puedo dejar de pintarla porque ella señala el comienzo de mi verdadera
vida.
Ahora sé que los hombres se clasifican en dos grupos: uno grande, infinitamente
numeroso; es el de los que afanan por las cosas vulgares y comunes; y que no se
mueven sino por caminos conocidos que otros ya han recorrido. El otro grupo, pequeño, es el de los hombres
que conceden un valor extraordinario a todo aquello que es necesario hacer.
Estos no se conforman sino con la gloria.
Aspiran ya el aire del siglo siguiente, que ha de cantar sus glorias y
viven casi en la eternidad. A esta clase
de hombres pertenecía el hombre que yo encontré.
[...] Cuando la segunda guerra mundial
aflojo un poco la influencia de los imperialismos que protegían la oligarquía entronizada en el gobierno de
nuestro país, un grupo de hombres decidió hacer la revolución que el pueblo
deseaba. Sin embargo, entre los gestores de aquel movimiento, un hombre
insistía en avanzar por el camino difícil. Yo lo vi aparecer, desde el mirador de mi
vieja inquietud interior. Era, evidentemente,
distinto de todos los demás. Otros gritaban "fuego" y mandaban
avanzar. Él gritaba fuego y avanzaba el
mismo, decidido y tenaz en una sola dirección, sin titubear ante ningún
obstáculo. En aquel momento sentí que su
grito y su camino eran mi propio grito y mi propio camino. Me puse a su lado, quizás ello le llamo la
atención y cuando pudo escucharme, atine a decirle, con mi mejor palabra:
-Si
es, como usted dice, ¨La causa del pueblo su propia causa¨, por muy lejos que
haya que ir en el sacrificio, no dejare de estar a su lado, hasta desfallecer.-
Él
acepto mi ofrecimiento. Aquel fue "mi día maravilloso".
[...] A
veces me suele decir cariñosamente, el mismo líder, que soy "demasiado
peronista". Recuerdo que una tarde
después de haberle estado hablando durante largo rato de él, de sus sueños, sus
realizaciones, de su doctrina, de sus conquistas. Me interrumpe para decirme: -¡Tanto me hablas
de Perón que voy a terminar por odiarle!-
Es que -lo
reconozco- yo he dejado de existir en mi misma y es él quien vive en mi alma,
dueño de todas mis palabras y de mis sentimientos, señor absoluto de mi corazón
y mi vida. Por otra parte, esto es un viejo milagro, un antiguo milagro de amor
que, a fuerza de repetirse en el mundo ya ni siquiera nos parece milagro. >>
<La Razón de
mi vida. Eva Perón -Adaptación->
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-26 de julio de
1952- Tenía conciencia que dejaba en el
plano terrenal: su ideal, su misión y el sentido que éste le dio a su
existencia.
No obstante, su
enfermedad; el dolor físico y emocional propios de la misma; que padeció esta
mujer. No deben haber sido tan profundos é hirientes, como el suplicio de tener
que despedirse en silencio de cada palabra que le decía el hombre de su vida. Con
un millón de adiós para intentar retener, con sus últimas fuerzas, su voz que
la acompañaría para toda la eternidad.